domingo, 21 de febrero de 2010

ENTREVISTA: STEPHEN M. STAHL

El manual Psicofarmacología esencial, guía del prescriptor es uno de los libros más consultados por los especialistas de todo el mundo a la hora de decidir qué fármaco recetar a un enfermo psiquiátrico. Su autor, el estadounidense de 59 años Stephen M. Stahl, participó recientemente en Madrid en el XV Symposium Internacional de Avances en Psiquiatría.

El director del Instituto de Educación en Neurociencia de la Universidad de California en San Diego cree que queda mucho por mejorar en la eficacia del tratamiento de la mayoría de dolencias psiquiátricas, así como en la comprensión del funcionamiento de la mayoría de los fármacos.

Varios estudios han criticado que se utilicen antidepresivos para el tratamiento de depresiones leves. ¿Cuál es su posición al respecto?

En este asunto hay una gran controversia. Las depresiones menores pueden responder espontáneamente o sólo con psicoterapia, sin medicamentos. Lo hacen muy bien, por ejemplo, las causadas por situaciones de duelo o por conflictos emocionales. Yo considero que un antidepresivo hay que ganárselo, demostrando que no se mejora con el tiempo, con psicoterapia o con el mismo sentido común, y también que hay una tendencia a empeorar.

¿Cree entonces que se recetan demasiados antidepresivos?

«No se pueden medicalizar las vivencias normales en el siglo XXI »

La respuesta es complicada. Por una parte, está claro que sí. ¿Sabe que, sólo en EEUU, se recetan seis antidepresivos por segundo todos los días del año? Lo que es obvio es que no se pueden medicalizar las vivencias normales en el siglo XXI y que la prescripción de antidepresivos para cambios emocionales es sobreprescripción. Pero también hay infraprescripción. Se da en las personas que creen que la depresión es un mito o que es debilidad, o una conspiración de las farmacéuticas o la cienciología, que no cree en la psiquiatría. Todas estas personas pueden estar necesitando fármacos y no acceden a ellos. En ese caso, se recetan menos de los que se debería.

Uno de sus campos de especialización es el de los depresivos que no responden al tratamiento. ¿Cuándo se debe de tirar la toalla con estos enfermos?

Hay que aclarar que, cuando hablamos de resistencia al tratamiento, muchas veces estamos hablando en realidad de intolerancia. Un individuo realmente resistente debe haber seguido la terapia farmacológica de forma adecuada durante, al menos, ocho semanas, y que no haya funcionado. Pero mucha gente prueba y experimenta una ligera disfunción sexual, o una ganancia de peso, o insomnio, y deja de tomar la medicación. Respecto a las opciones, hay combinaciones casi infinitas de distintos fármacos que se pueden probar, siempre que el paciente sea disciplinado.

«¿Sabe que, sólo en EEUU, se recetan seis antidepresivos por segundo todos los días?»

Puesto que uno de los problemas es que muchos enfermos no siguen correctamente los tratamientos, ¿por qué no se desarrollan fórmulas de consumo semanal, como las inyecciones que se aplican los esquizofrénicos?

En primer lugar, porque mucha gente cree que los pinchazos son inaceptables. Respecto a los fármacos de uso semanal, hay un problema comercial. Se ha demostrado, por ejemplos en tratamientos para la osteoporosis, que la gente no está dispuesta a pagar lo mismo por cuatro pastillas que por 30 comprimidos, aunque eso suponga reducir su tratamiento a cuatro tomas mensuales. Los laboratorios lo saben y no tienen motivación para mejorar la comodidad del paciente si no van a sacar beneficio de ello.

¿Cuál cree que ha sido el último hallazgo destacable en psicofarmacología?

Lo más destacado en los últimos años es el avance en el tratamiento de la fase depresiva del trastorno bipolar. Antes pensábamos que las depresiones siempre eran unipolares y que en los pacientes con trastorno bipolar predominaban los episodios de manía. Ahora sabemos que la mitad de los depresivos son bipolares y que, si tienes esta enfermedad, pueden predominar las depresiones. Hemos desarrollados tratamientos nuevos muy eficaces para estas.

¿Cuál es el más necesario de los que aún no se han logrado?

No hay duda de que necesitamos más eficacia en los tratamientos de todas las enfermedades mentales. En la depresión, sólo un tercio de los pacientes consigue remisión en el primer tratamiento, aunque la mitad mejora. Pero incluso entre estos puede haber recaídas. Necesitamos antidepresivos que funcionen toda la vida. Más dramático es el caso de la esquizofrenia, donde los fármacos reducen los síntomas sólo en un 20%. Cierto que es el porcentaje que permite que abandonen el hospital, pero siguen sin poder volver a trabajar o tener pareja.

Usted es autor de varios manuales de prescripción de psicofármacos. ¿Cómo hace para evitar el conflicto de interés con los laboratorios?

Yo creo que la clave está en ser trasparente, no esconderlos. Hay mucha gente que cree que no se debe de hablar con la industria farmacéutica, pero es un error porque ¿cómo se puede aprender entonces de los nuevos medicamentos? Si uno odia a los laboratorios y cree que es una industria diabólica y que todo debe de ser hecho desde la Fundación Bill Gates, bien, pero la realidad es que, en ese caso, no habría fármacos. Y sí, los laboratorios tienen conflictos, tienen a profesionales comprados y cometen excesos, no hay duda, pero hay que convivir con ellos y, eso sí, aceptar las críticas. Todos tenemos compradores, el problema es cuando se esconde y cuando influye en el trabajo.

FUENTE: tomado de Público.es

sábado, 20 de febrero de 2010

Un vistazo en avance al DSM V.

Amplían la lista de los trastornos mentalesPor Benedict Carey

NUEVA YORK. Existe una enciclopedia psiquiátrica de desórdenes mentales, el manual que determina la línea que la sociedad utiliza para diferenciar entre lo normal y lo anormal, entre excentricidad y enfermedad, entre comportamientos indulgentes y destructivos. En resumen, cuándo y cómo se debe tratar a los pacientes.

La esperada revisión, que se publicará en la quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Desórdenes Mentales (DSM, por sus siglas en inglés), previsto para 2013, sería la primera en una década.

Durante meses, los especialistas responsables de esa revisión fueron objeto de intensa especulación y algunos de los cambios se discutieron en profundidad, como incluir el diagnóstico del síndrome de Asperger dentro de la categoría más amplia del autismo.

Pero otros, incluida una alternativa al desorden bipolar en los chicos, se anunciaron recién el martes pasado. Los expertos afirmaron que las recomendaciones, publicadas en el sitio DSM5.org y abiertas al comentario público, podrían generar cambios rápidos en diversas áreas de la psiquiatría.

"Cualquier cosa que se incluya en ese libro, cualquier pequeño cambio tiene enormes consecuencias no sólo para la psiquiatría, sino también para el mercado farmacéutico, la investigación, el sistema legal, para quien será considerado normal o discapacitado", explicó el doctor Michael First, profesor de psiquiatría de la Universidad de Columbia, que editó la cuarta edición del manual pero no forma parte de la quinta.

Uno de los cambios significativos sería la inclusión de un desorden infantil llamado "trastorno de desregulación del temperamento con disforia", consecuencia de investigaciones recientes que mostraron que muchos niños agresivos e irritables, diagnosticados con desorden bipolar en realidad no lo padecían.

Este error de diagnóstico llevó a muchos chicos a tomar poderosas drogas antipsicóticas, con graves efectos secundarios y que incluían cambios metabólicos.

"El tratamiento del trastorno bipolar es primero con fármacos, después con más fármacos y al final con más fármacos ?dijo el doctor Jack McClellan, psiquiatra de la Universidad de Washington que no está trabajando en el manual?. Mientras que si estos niños tuvieran un desorden de comportamiento, el primer tratamiento sería conductista."

A través de una comunicación telefónica, el doctor David Shaffer, psiquiatra infantil de Columbia, explicó que él y sus colegas del panel que trabajan en la revisión del manual "querían incluir un diagnóstico que capturara las alteraciones de comportamiento y de humor", con el fin de impulsar cautela en el diagnóstico de trastorno bipolar.

Como es de esperar, los expertos opinaron de manera diversa frente a la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, que publica el manual. Algunos estaban aliviados de que el equipo (que incluye neurólogos y psicólogos, además de psiquiatras) revisara la versión anterior, más que reescribirla. Otros criticaron a los autores, diciendo que muchos diagnósticos que figurarían en el manual todavía carecerían de una base científica rigurosa.

Para lograr caracterizar a todos los pacientes, los autores proponen utilizar medidas como "suave" o "severo" y clasificaciones de síntomas, como la ansiedad, que se encuentra tanto en los desórdenes de personalidad como en la depresión.

"En la versión actual, una persona puede tener o no cierto trastorno según el número de síntomas que presenta ?explica Darrel A. Regier, director de investigaciones de la Asociación y, junto con David J. Kupfer, de la Universidad de Pittsburgh, copresidente del grupo de trabajo?. Pero muchas veces no es así en la realidad. Alguien con esquizofrenia puede tener síntomas de insomnio o de ansiedad; éstos no están dentro de los criterios de diagnóstico para la esquizofrenia, pero afectan la vida de los pacientes y nos gustaría poder medirlos."

Durante la conferencia telefónica del martes, Regier, Kupfer y otros miembros del equipo explicaron las revisiones que estaban planeando. Piensan hacer cambios semánticos que algunos psiquiatras esperan desde hace años, como "discapacidad intelectual" en vez de "retardo mental" o "adicción" por "abuso de sustancias".

Las más controvertidas

Una de las propuestas más controvertidas fue la de intentar identificar "síndromes de riesgo"; es decir, el riesgo de desarrollar una patología como la esquizofrenia o la demencia. Sin embargo, estudios entre adolescentes identificados con alto riesgo de desarrollar psicosis, por ejemplo, encontraron que, en realidad, el 70% o más nunca la padecen.

También propusieron agregar desórdenes que seguramente pasaran a ser parte del lenguaje vernáculo. Uno, una nueva descripción de la adicción sexual o "hipersexualidad", que es cuando "se consume gran cantidad de tiempo en fantasías e impulsos sexuales; así como planificando, o dedicado al comportamiento sexual".

Otro es el trastorno del atracón, definido como darse por lo menos un atracón por semana durante tres meses (comer mucha comida, rápido y hasta sentirse mal) acompañado por un gran sentimiento de culpa y de decaimiento.

"Esto no es comer en exceso, como todos hacemos ?explica B. Timothy Walsh, psiquiatra de Columbia y del Instituto Psiquiátrico del estado de Nueva York que está trabajando en el manual?. Presupone una mayor pérdida de control, mayor consternación y más profundos sentimientos de culpa e infelicidad."

UNA HERRAMIENTA PSIQUIATRICA

El DSM es una herramienta de diagnóstico mediante la descripción del trastorno psiquiátricos o los síntomas, la especificación de algún trastorno de personalidad o del desarrollo y las tensiones psicosociales en la vida cotidiana, y la evaluación del funcionamiento general.

FUENTE: The New York Times

jueves, 18 de febrero de 2010

Dos de cada tres consumidores habituales de tóxicos presentan además alguna enfermedad mental

El consumo de tóxicos ha incrementado de forma importante los trastornos relacionados con la esquizofrenia en España.

Dos de cada tres consumidores habituales de tóxicos presentan además alguna enfermedad mental: el 83 por ciento un comportamiento antisocial, un 60 por ciento trastorno bipolar y el 47 por ciento esquizofrenia, según afirmaron hoy médicos de Atención Primaria durante la presentación del V Programa de Formación Continuada 'Trastornos del ánimo en Atención Primaria', organizado por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) y Lundbeck.

De la misma manera que el consumo de drogas supone un factor desencadenante de algunas enfermedades mentales, en dos de cada tres casos la patología psiquiátrica y adictiva aparecen de forma simultánea.

En este sentido el doctor Javier García Campayo, del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, explicó que "la patología dual es la asociación de un trastorno psiquiátrico y de una toxicomanía y puede ser una causa de otra o ser independientes. La depresión o la psicosis asociadas son las enfermedades más frecuentes". 

El consumo de tóxicos "favorece la aparición de las psicosis, razón por la que los trastornos relacionados con la esquizofrenia en España se han incrementado de forma importante y aparecen varios años antes de media por el abuso de sustancias", indicó. 

"En 30 años España se ha situado en segunda posición en el ránking mundial de consumidores de drogas", afirmó el doctor, que explicó que "el consumo aumenta cada año, debido a la percepción social del riesgo de consumir drogas es muy baja. No hay suficiente conciencia de la capacidad que tiene el consumo de drogas para producir enfermedades psiquiátricas y físicas".

El doctor subrayó que "la gente que consume cannabis habitualmente sufre de patologías psiquiátricas que van desde el síndrome amotivacional a la psicosis", pero que al no tener tantas consecuencias físicas evidentes, "la población, especialmente la más joven, no la considera tan peligrosa".

PAPEL PREVENTIVO DE LA ATENCIÓN PRIMARIA
Para evitar el aumento del consumo de drogas y por tanto, de estas patologías, el doctor José Ángel Arbesú, coordinador de Salud Mental de SEMERGEN, afirmó que el médico de Atención Primaria tiene un papel muy importante en la prevención, detección y tratamiento de los adictos.

Según explicó, el médico debe "prevenir las adicciones, implementando iniciativas que modifiquen y mejoren la calidad de vida de los individuos, fomentando el autocontrol individual y la resistencia colectiva ante la oferta de drogas, fundamentalmente en adolescentes y jóvenes, indagando acerca de sus conductas de salud y prácticas de riesgo"

Igualmente puede "establecer una detección precoz de la adicción mediante la entrevista clínica, la exploración física  y la realización de pruebas complementarias". Para ello, el doctor recalcó que es necesario "más tiempo, recursos y capacidad".

Arbesú recalcó que, aunque las drogas más consumidas son el cannabis y la cocaína, "existe un considerable aumento del consumo de drogas legales como el alcohol y los hipnosedantes. Estos fármacos son actualmente, las adicciones más frecuentes que se pueden observar en Atención Primaria".

No se trata ya de un perfil joven, sino de principalmente mujeres a partir de los 60 años, con problemas personales, una baja autoestima y poca tolerancia a la frustración. El doctor recordó que estas drogas también tienen consecuencias para la salud como "fenómenos de tolerancia y dependencia tanto psicológica con una necesidad creciente de dosis para conseguir el efecto, deterioro del control sobre el consumo; y física provoca la aparición de síntomas de abstinencia, como son el deseo intenso de consumo, malestar general, agitación, taquicardia y dolores musculares".

FUENTE:  EUROPA PRESS

viernes, 5 de febrero de 2010

Los mejores estudiantes presentan un mayor riesgo de trastorno bipolar, según un estudio del King’s College Londinense.

Group of students in classCientíficos del Instituto de Psiquiatría del mencionado college y sus colegas del Institutet de Estocolmo han publicado la primera evidencia científica de que una habilidad intelectual por encima de la media está asociada con el trastorno bipolar. Esta creencia se ha visto frecuentemente reflejada en los escritos de famosos autores y a lo largo de la historia, pero hasta ahora los científicos nunca habían sido capaces de probar con exactitud si esto era o no cierto.

El Dr. James MacCabe, el investigador principal y profesor titular en el Instituto de Psiquiatría del King’g College londinense declaró: “Hemos encontrado que el hecho de alcanzar un sobresaliente va asociado a un mayor riesgo de padecer trastorno bipolar, particularmente en el campo de las humanidades y, en menor medida, en el de las ciencias. Sobresalientes en Sueco y Música presentan asociaciones especialmente fuertes, lo cual apoya a la literatura que siempre encuentra fuertes asociaciones entre creatividad musical y lingüística y trastorno bipolar”.

Se propusieron varias explicaciones posibles para el vínculo; las personas en un estado de hipomanía (un periodo leve de manía o estado de ánimo elevado) suelen ser ingeniosas, inventivas y capaces de enlazar ideas de formas innovadoras; las personas con trastorno bipolar experimentan reacciones inusualmente fuertes en cuanto a sus respuestas emocionales, lo que pueden impulsar su talento en el arte, la música y la literatura. En tercer lugar, las personas con hipomanía a menudo tienen una extraordinaria resistencia y pueden mantenerse concentrados durante largos períodos de tiempo.

Estos estilos cognitivos puede que ayuden a los estudiantes a rendir mejor en las asignaturas creativas, pero también los predisponen hacia el trastorno bipolar en etapas posteriores de su vida.

El estudio
Los investigadores utilizaron resultados de exámenes obligatorios realizados en Suecia por jóvenes de entre 15-16 años anualmente entre 1988 y 1997. Más tarde, se compararon con el registro hospitalario Sueco para la aprobación de la gestiones hospitalarias xon el fin de comprobar asociaciones entre los alumnos y sus logros académicos y la admisión al hospital con un diagnóstico de trastorno bipolar entre las edades de 17 y 31 años. Un total de 713,876 personas fueron incluidas en el estudio.

Encontraron que los estudiantes con rendimiento escolar excelente presentaban casi cuatro veces más posibilidades de desarrollar el trastorno bipolar como adultos, en comparación con aquellos con calificaciones promedio. Este riesgo aumentado permaneció después de que los investigadores consideran otros factores tales como la educación de los padres y la situación socioeconómica.

Los estudiantes con las notas más pobres presentaron también un riesgo moderadamente mayor de trastorno bipolar, con un riesgo casi dos veces mayor de desarrollarlo en comparación con aquellos con calificaciones medias. Algunas personas que posteriormente desarrollan trastorno bipolar, particularmente aquellos con síntomas depresivos, pueden tener estilos cognitivos que deterioran su rendimiento académico. También es posible que se produzca un comportamiento disfuncional, uso indebido de sustancias o depresión sin diagnosticar, lo cual puede afectar a sus estudios.

La investigación también demostró que la asociación entre altas puntuaciones y el riesgo de trastorno bipolar tardío parece ser más fuerte en los hombres que las mujeres. No obstante, se necesita más investigación en este área.

El estudio, ‘‘Excellent school performance at age 16 and risk of adult bipolar disorder: national cohort study’’ ' fue publicado en la edición de febrero de la revista británica de psiquiatría.  Para una copia del documento, haga clic en este enlace.

FUENTE: King’s College.

lunes, 1 de febrero de 2010

Los hijos de padres con trastorno bipolar, sujetos a un mayor riesgo de Trastorno de Déficit de Atención por Hiperactividad, según un estudio.

Según el nuevo estudio, los hijos pequeños de padres con trastorno bipolar, una enfermedad mental con pasajes anímicos graves de la depresión a la manía, tienen ocho veces más riesgo de desarrollar un TDAH que los niños pequeños de padres mentalmente sanos.

También tienen seis veces más riesgo de tener dos o más trastornos mentales.

El estudio, dirigido por Boris Birmaher, del Western Psychiatric Institute and Clinic, en Pittsburgh, Pensilvania, comparó a 121 niños, de 2 a 5 años, de 83 padres y madres con trastorno bipolar, con 102 niños de la misma edad de 65 parejas sin antecedentes de bipolaridad, que fue el grupo de control.

El equipo excluyó a los padres que nunca habían recibido un diagnóstico de esquizofrenia, retraso mental o trastornos anímicos por abuso de drogas y fármacos o por enfermedades.

Los resultados, publicados en American Journal of Psychiatry, apuntaron hacia un aumento del riesgo de TDAH y otros trastornos psiquiátricos en hijos de padres bipolares.

Y mientras sólo tres niños de padres bipolares tenían trastornos anímicos, este grupo, sobre todo aquellos con TDAH y trastorno desafiante, tenía muchos más síntomas maníacos y depresivos graves que los niños del grupo control.

Los padres bipolares observarían conductas en sus hijos que les recordarían a sus propios síntomas. Esa ansiedad sería justificable. "El factor de riesgo más importante del trastorno bipolar es la herencia familiar", indicó el equipo.

Como ocurre en medicina, la detección temprana tiene sus beneficios, agregan los autores.
Las intervenciones psicosociales para ayudar a los niños a regular su estado anímico son útiles cuando existen trastornos conductuales o signos de trastornos anímicos en una etapa posterior.

Y el tratamiento efectivo de los problemas de salud mental de los padres "reduciría la gravedad, y hasta retrasaría o prevendría la aparición" de los mismos problemas en los hijos de padres bipolares.

FUENTE: American Journal of Psychiatry, online 15 de enero del 2010