Por Benedict Carey
NUEVA YORK. Existe una enciclopedia psiquiátrica de desórdenes mentales, el manual que determina la línea que la sociedad utiliza para diferenciar entre lo normal y lo anormal, entre excentricidad y enfermedad, entre comportamientos indulgentes y destructivos. En resumen, cuándo y cómo se debe tratar a los pacientes.
La esperada revisión, que se publicará en la quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Desórdenes Mentales (DSM, por sus siglas en inglés), previsto para 2013, sería la primera en una década.
Durante meses, los especialistas responsables de esa revisión fueron objeto de intensa especulación y algunos de los cambios se discutieron en profundidad, como incluir el diagnóstico del síndrome de Asperger dentro de la categoría más amplia del autismo.
Pero otros, incluida una alternativa al desorden bipolar en los chicos, se anunciaron recién el martes pasado. Los expertos afirmaron que las recomendaciones, publicadas en el sitio DSM5.org y abiertas al comentario público, podrían generar cambios rápidos en diversas áreas de la psiquiatría.
"Cualquier cosa que se incluya en ese libro, cualquier pequeño cambio tiene enormes consecuencias no sólo para la psiquiatría, sino también para el mercado farmacéutico, la investigación, el sistema legal, para quien será considerado normal o discapacitado", explicó el doctor Michael First, profesor de psiquiatría de la Universidad de Columbia, que editó la cuarta edición del manual pero no forma parte de la quinta.
Uno de los cambios significativos sería la inclusión de un desorden infantil llamado "trastorno de desregulación del temperamento con disforia", consecuencia de investigaciones recientes que mostraron que muchos niños agresivos e irritables, diagnosticados con desorden bipolar en realidad no lo padecían.
Este error de diagnóstico llevó a muchos chicos a tomar poderosas drogas antipsicóticas, con graves efectos secundarios y que incluían cambios metabólicos.
"El tratamiento del trastorno bipolar es primero con fármacos, después con más fármacos y al final con más fármacos ?dijo el doctor Jack McClellan, psiquiatra de la Universidad de Washington que no está trabajando en el manual?. Mientras que si estos niños tuvieran un desorden de comportamiento, el primer tratamiento sería conductista."
A través de una comunicación telefónica, el doctor David Shaffer, psiquiatra infantil de Columbia, explicó que él y sus colegas del panel que trabajan en la revisión del manual "querían incluir un diagnóstico que capturara las alteraciones de comportamiento y de humor", con el fin de impulsar cautela en el diagnóstico de trastorno bipolar.
Como es de esperar, los expertos opinaron de manera diversa frente a la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, que publica el manual. Algunos estaban aliviados de que el equipo (que incluye neurólogos y psicólogos, además de psiquiatras) revisara la versión anterior, más que reescribirla. Otros criticaron a los autores, diciendo que muchos diagnósticos que figurarían en el manual todavía carecerían de una base científica rigurosa.
Para lograr caracterizar a todos los pacientes, los autores proponen utilizar medidas como "suave" o "severo" y clasificaciones de síntomas, como la ansiedad, que se encuentra tanto en los desórdenes de personalidad como en la depresión.
"En la versión actual, una persona puede tener o no cierto trastorno según el número de síntomas que presenta ?explica Darrel A. Regier, director de investigaciones de la Asociación y, junto con David J. Kupfer, de la Universidad de Pittsburgh, copresidente del grupo de trabajo?. Pero muchas veces no es así en la realidad. Alguien con esquizofrenia puede tener síntomas de insomnio o de ansiedad; éstos no están dentro de los criterios de diagnóstico para la esquizofrenia, pero afectan la vida de los pacientes y nos gustaría poder medirlos."
Durante la conferencia telefónica del martes, Regier, Kupfer y otros miembros del equipo explicaron las revisiones que estaban planeando. Piensan hacer cambios semánticos que algunos psiquiatras esperan desde hace años, como "discapacidad intelectual" en vez de "retardo mental" o "adicción" por "abuso de sustancias".
Las más controvertidas
Una de las propuestas más controvertidas fue la de intentar identificar "síndromes de riesgo"; es decir, el riesgo de desarrollar una patología como la esquizofrenia o la demencia. Sin embargo, estudios entre adolescentes identificados con alto riesgo de desarrollar psicosis, por ejemplo, encontraron que, en realidad, el 70% o más nunca la padecen.
También propusieron agregar desórdenes que seguramente pasaran a ser parte del lenguaje vernáculo. Uno, una nueva descripción de la adicción sexual o "hipersexualidad", que es cuando "se consume gran cantidad de tiempo en fantasías e impulsos sexuales; así como planificando, o dedicado al comportamiento sexual".
Otro es el trastorno del atracón, definido como darse por lo menos un atracón por semana durante tres meses (comer mucha comida, rápido y hasta sentirse mal) acompañado por un gran sentimiento de culpa y de decaimiento.
"Esto no es comer en exceso, como todos hacemos ?explica B. Timothy Walsh, psiquiatra de Columbia y del Instituto Psiquiátrico del estado de Nueva York que está trabajando en el manual?. Presupone una mayor pérdida de control, mayor consternación y más profundos sentimientos de culpa e infelicidad."
UNA HERRAMIENTA PSIQUIATRICA
El DSM es una herramienta de diagnóstico mediante la descripción del trastorno psiquiátricos o los síntomas, la especificación de algún trastorno de personalidad o del desarrollo y las tensiones psicosociales en la vida cotidiana, y la evaluación del funcionamiento general.
FUENTE: The New York Times