Los adultos en Estados Unidos bajo tratamiento por una enfermedad mental son más propensos a tener que tomar dos o más fármacos que hace una década.
Aunque poco se conoce sobre si son efectivos o cuáles son sus efectos adversos, las combinaciones de fármacos psiquiátricos se usan cada vez más para tratar una gran cantidad de trastornos mentales, incluida la ansiedad, la depresión, el trastorno de pánico, el estrés postraumático, el trastorno bipolar y la esquizofrenia, según indicó un estudio."Tenemos que saber si esas combinaciones les ofrecen algún beneficio a los pacientes", dijo Ramin Mojtabai, de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Johns Hopkins University, en Baltimore.
En este primer estudio en su tipo, Mojtabai y el doctor Mark Olfson, del Centro Médico de la Columbia University y del Instituto Psiquiátrico del Estado de Nueva York, examinaron los datos reunidos durante 13.000 consultas a psiquiatras en Estados Unidos entre 1996 y el 2006.
Los expertos se concentraron en los cuatro tipos principales de psicotrópicos: antidepresivos, antipsicóticos, sedantes y estabilizadores anímicos.
El equipo halló que los antidepresivos fueron los más recetados. Las tres combinaciones más frecuentes incluyeron otro antidepresivo, un sedante o un estabilizador anímico.
Durante el estudio, dado que se les recetó por lo menos un psicotrópico a más pacientes, la cantidad de consultas en las que se indicaron dos o más fármacos creció del 43 al 60 por ciento, un "aumento significativo", escribió el equipo en Archives of General Psychiatry.
Las mujeres con cobertura, de entre 45 y 64 años y en una segunda consulta con el psiquiatra, fueron las más propensas a recibir dos o más prescripciones.
Lo más preocupante, dijo Mojtabai a Reuters Health, fue la tendencia creciente a combinar dos antipsicóticos, un tipo de fármaco que se le suele indicar a los esquizofrénicos. Según el equipo, las evidencias de la efectividad de esas combinaciones "son limitadas".
Los autores señalaron que la práctica habría avanzado más allá de las evidencias porque los nuevos psicotrópicos no tienen los mismos efectos secundarios que los fármacos anteriores.
"Quizás los médicos dejaron de estar tan pendientes o preocupados por las combinaciones porque los efectos secundarios inmediatos no son tan graves", indicó Mojtabai.
"Los nuevos antipsicóticos, por ejemplo, tienen menos efectos adversos, como sequedad en la boca o visión borrosa. De modo que los médicos no están tan preocupados por las combinaciones", indicó.
Pero, como señalan los autores, existen "más evidencias del aumento de los efectos adversos" asociados con las combinaciones psicotrópicas, incluido el riesgo a largo plazo de engordar, desarrollar diabetes o tener problemas cardíacos.
Mojtabai y Olfson instan a los profesionales de la salud mental a controlar el uso de esas combinaciones psicotrópicas hasta que existan más y mejores evidencias de su seguridad y efectividad.
"De lo contrario, los aumentos de los costos asociados con el crecimiento del uso de esos fármacos generarán restricciones administrativas de la cobertura para controlar esa práctica", advirtieron los investigadores.
FUENTE: Archives of General Psychiatry, enero del 2010
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