viernes, 12 de marzo de 2010

Un ejemplo de psicoeducación en la empresa: Méjico.

Por Melina Amao ceniceros
Tijuana.- Con la finalidad de prever situaciones de estrés que afecten a la productividad y desempeño de los trabajadores dentro de una empresa, la Asociación de Apoyo para Personas con Depresión y Trastorno Bipolar Comente A.C. ha creado el curso 'Estrés y depresión en el trabajo', el cual mediante convenio ofrecen al personal dentro de empresas, instituciones y organismos públicos y privados.

En entrevista, la coordinadora de Desarrollo Institucional y Procuración de Fondos de Comente, Yanid Castro Reyes.

 

En entrevista, la coordinadora de Desarrollo Institucional y Procuración de Fondos de Comente, Yanid Castro Reyes, indicó que la asociación ofrece psicoeduación a las organizaciones, donde dan a conocer qué son las enfermedades, cómo se manifiestan, cuáles son los síntomas y cómo prevenir que la depresión y el trastorno bipolar se convierta en una limitante en la vida de quien los padece.


"Si no se controla la depresión a tiempo puede haber un limitante para todos: la persona que no puede trabajar no va a ganar dinero y además la empresa está perdiendo empleados... Damos cursos, pláticas, consejería individual, vamos a comunidades, a escuelas, para que todas las personas estén concientes de estas condiciones", explicó.


Castro Reyes comentó que algunos focos rojos para detectar depresión son si se sufre de llanto prolongado, dificultad para dormir y cambio de hábitos, y ante esto Comente provee de atención psicológica y psiquiátrica, previo a evaluación.
"Manejamos la teoría cognitivo-conductual en donde les enseñamos a comprender el origen para poder controlado... Como vemos que la depresión no discrimina a nadie, hemos tratado de acercar a diferentes grupos, uno de estos es al sector empresas, detectar cómo afecta que el personal esté deprimido", dijo.


Con 6 años de fundada, Comente es actualmente dirigida por Yolanda Castro Meléndez, y provee de estos servicios a las empresas e instituciones fin de obtener mejores resultados y alcanzar los objetivos. Mayores informes al 634.05.60.

FUENTE: El Sol de Tijuana ,12 de marzo de 2010.

domingo, 21 de febrero de 2010

ENTREVISTA: STEPHEN M. STAHL

El manual Psicofarmacología esencial, guía del prescriptor es uno de los libros más consultados por los especialistas de todo el mundo a la hora de decidir qué fármaco recetar a un enfermo psiquiátrico. Su autor, el estadounidense de 59 años Stephen M. Stahl, participó recientemente en Madrid en el XV Symposium Internacional de Avances en Psiquiatría.

El director del Instituto de Educación en Neurociencia de la Universidad de California en San Diego cree que queda mucho por mejorar en la eficacia del tratamiento de la mayoría de dolencias psiquiátricas, así como en la comprensión del funcionamiento de la mayoría de los fármacos.

Varios estudios han criticado que se utilicen antidepresivos para el tratamiento de depresiones leves. ¿Cuál es su posición al respecto?

En este asunto hay una gran controversia. Las depresiones menores pueden responder espontáneamente o sólo con psicoterapia, sin medicamentos. Lo hacen muy bien, por ejemplo, las causadas por situaciones de duelo o por conflictos emocionales. Yo considero que un antidepresivo hay que ganárselo, demostrando que no se mejora con el tiempo, con psicoterapia o con el mismo sentido común, y también que hay una tendencia a empeorar.

¿Cree entonces que se recetan demasiados antidepresivos?

«No se pueden medicalizar las vivencias normales en el siglo XXI »

La respuesta es complicada. Por una parte, está claro que sí. ¿Sabe que, sólo en EEUU, se recetan seis antidepresivos por segundo todos los días del año? Lo que es obvio es que no se pueden medicalizar las vivencias normales en el siglo XXI y que la prescripción de antidepresivos para cambios emocionales es sobreprescripción. Pero también hay infraprescripción. Se da en las personas que creen que la depresión es un mito o que es debilidad, o una conspiración de las farmacéuticas o la cienciología, que no cree en la psiquiatría. Todas estas personas pueden estar necesitando fármacos y no acceden a ellos. En ese caso, se recetan menos de los que se debería.

Uno de sus campos de especialización es el de los depresivos que no responden al tratamiento. ¿Cuándo se debe de tirar la toalla con estos enfermos?

Hay que aclarar que, cuando hablamos de resistencia al tratamiento, muchas veces estamos hablando en realidad de intolerancia. Un individuo realmente resistente debe haber seguido la terapia farmacológica de forma adecuada durante, al menos, ocho semanas, y que no haya funcionado. Pero mucha gente prueba y experimenta una ligera disfunción sexual, o una ganancia de peso, o insomnio, y deja de tomar la medicación. Respecto a las opciones, hay combinaciones casi infinitas de distintos fármacos que se pueden probar, siempre que el paciente sea disciplinado.

«¿Sabe que, sólo en EEUU, se recetan seis antidepresivos por segundo todos los días?»

Puesto que uno de los problemas es que muchos enfermos no siguen correctamente los tratamientos, ¿por qué no se desarrollan fórmulas de consumo semanal, como las inyecciones que se aplican los esquizofrénicos?

En primer lugar, porque mucha gente cree que los pinchazos son inaceptables. Respecto a los fármacos de uso semanal, hay un problema comercial. Se ha demostrado, por ejemplos en tratamientos para la osteoporosis, que la gente no está dispuesta a pagar lo mismo por cuatro pastillas que por 30 comprimidos, aunque eso suponga reducir su tratamiento a cuatro tomas mensuales. Los laboratorios lo saben y no tienen motivación para mejorar la comodidad del paciente si no van a sacar beneficio de ello.

¿Cuál cree que ha sido el último hallazgo destacable en psicofarmacología?

Lo más destacado en los últimos años es el avance en el tratamiento de la fase depresiva del trastorno bipolar. Antes pensábamos que las depresiones siempre eran unipolares y que en los pacientes con trastorno bipolar predominaban los episodios de manía. Ahora sabemos que la mitad de los depresivos son bipolares y que, si tienes esta enfermedad, pueden predominar las depresiones. Hemos desarrollados tratamientos nuevos muy eficaces para estas.

¿Cuál es el más necesario de los que aún no se han logrado?

No hay duda de que necesitamos más eficacia en los tratamientos de todas las enfermedades mentales. En la depresión, sólo un tercio de los pacientes consigue remisión en el primer tratamiento, aunque la mitad mejora. Pero incluso entre estos puede haber recaídas. Necesitamos antidepresivos que funcionen toda la vida. Más dramático es el caso de la esquizofrenia, donde los fármacos reducen los síntomas sólo en un 20%. Cierto que es el porcentaje que permite que abandonen el hospital, pero siguen sin poder volver a trabajar o tener pareja.

Usted es autor de varios manuales de prescripción de psicofármacos. ¿Cómo hace para evitar el conflicto de interés con los laboratorios?

Yo creo que la clave está en ser trasparente, no esconderlos. Hay mucha gente que cree que no se debe de hablar con la industria farmacéutica, pero es un error porque ¿cómo se puede aprender entonces de los nuevos medicamentos? Si uno odia a los laboratorios y cree que es una industria diabólica y que todo debe de ser hecho desde la Fundación Bill Gates, bien, pero la realidad es que, en ese caso, no habría fármacos. Y sí, los laboratorios tienen conflictos, tienen a profesionales comprados y cometen excesos, no hay duda, pero hay que convivir con ellos y, eso sí, aceptar las críticas. Todos tenemos compradores, el problema es cuando se esconde y cuando influye en el trabajo.

FUENTE: tomado de Público.es

sábado, 20 de febrero de 2010

Un vistazo en avance al DSM V.

Amplían la lista de los trastornos mentalesPor Benedict Carey

NUEVA YORK. Existe una enciclopedia psiquiátrica de desórdenes mentales, el manual que determina la línea que la sociedad utiliza para diferenciar entre lo normal y lo anormal, entre excentricidad y enfermedad, entre comportamientos indulgentes y destructivos. En resumen, cuándo y cómo se debe tratar a los pacientes.

La esperada revisión, que se publicará en la quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Desórdenes Mentales (DSM, por sus siglas en inglés), previsto para 2013, sería la primera en una década.

Durante meses, los especialistas responsables de esa revisión fueron objeto de intensa especulación y algunos de los cambios se discutieron en profundidad, como incluir el diagnóstico del síndrome de Asperger dentro de la categoría más amplia del autismo.

Pero otros, incluida una alternativa al desorden bipolar en los chicos, se anunciaron recién el martes pasado. Los expertos afirmaron que las recomendaciones, publicadas en el sitio DSM5.org y abiertas al comentario público, podrían generar cambios rápidos en diversas áreas de la psiquiatría.

"Cualquier cosa que se incluya en ese libro, cualquier pequeño cambio tiene enormes consecuencias no sólo para la psiquiatría, sino también para el mercado farmacéutico, la investigación, el sistema legal, para quien será considerado normal o discapacitado", explicó el doctor Michael First, profesor de psiquiatría de la Universidad de Columbia, que editó la cuarta edición del manual pero no forma parte de la quinta.

Uno de los cambios significativos sería la inclusión de un desorden infantil llamado "trastorno de desregulación del temperamento con disforia", consecuencia de investigaciones recientes que mostraron que muchos niños agresivos e irritables, diagnosticados con desorden bipolar en realidad no lo padecían.

Este error de diagnóstico llevó a muchos chicos a tomar poderosas drogas antipsicóticas, con graves efectos secundarios y que incluían cambios metabólicos.

"El tratamiento del trastorno bipolar es primero con fármacos, después con más fármacos y al final con más fármacos ?dijo el doctor Jack McClellan, psiquiatra de la Universidad de Washington que no está trabajando en el manual?. Mientras que si estos niños tuvieran un desorden de comportamiento, el primer tratamiento sería conductista."

A través de una comunicación telefónica, el doctor David Shaffer, psiquiatra infantil de Columbia, explicó que él y sus colegas del panel que trabajan en la revisión del manual "querían incluir un diagnóstico que capturara las alteraciones de comportamiento y de humor", con el fin de impulsar cautela en el diagnóstico de trastorno bipolar.

Como es de esperar, los expertos opinaron de manera diversa frente a la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, que publica el manual. Algunos estaban aliviados de que el equipo (que incluye neurólogos y psicólogos, además de psiquiatras) revisara la versión anterior, más que reescribirla. Otros criticaron a los autores, diciendo que muchos diagnósticos que figurarían en el manual todavía carecerían de una base científica rigurosa.

Para lograr caracterizar a todos los pacientes, los autores proponen utilizar medidas como "suave" o "severo" y clasificaciones de síntomas, como la ansiedad, que se encuentra tanto en los desórdenes de personalidad como en la depresión.

"En la versión actual, una persona puede tener o no cierto trastorno según el número de síntomas que presenta ?explica Darrel A. Regier, director de investigaciones de la Asociación y, junto con David J. Kupfer, de la Universidad de Pittsburgh, copresidente del grupo de trabajo?. Pero muchas veces no es así en la realidad. Alguien con esquizofrenia puede tener síntomas de insomnio o de ansiedad; éstos no están dentro de los criterios de diagnóstico para la esquizofrenia, pero afectan la vida de los pacientes y nos gustaría poder medirlos."

Durante la conferencia telefónica del martes, Regier, Kupfer y otros miembros del equipo explicaron las revisiones que estaban planeando. Piensan hacer cambios semánticos que algunos psiquiatras esperan desde hace años, como "discapacidad intelectual" en vez de "retardo mental" o "adicción" por "abuso de sustancias".

Las más controvertidas

Una de las propuestas más controvertidas fue la de intentar identificar "síndromes de riesgo"; es decir, el riesgo de desarrollar una patología como la esquizofrenia o la demencia. Sin embargo, estudios entre adolescentes identificados con alto riesgo de desarrollar psicosis, por ejemplo, encontraron que, en realidad, el 70% o más nunca la padecen.

También propusieron agregar desórdenes que seguramente pasaran a ser parte del lenguaje vernáculo. Uno, una nueva descripción de la adicción sexual o "hipersexualidad", que es cuando "se consume gran cantidad de tiempo en fantasías e impulsos sexuales; así como planificando, o dedicado al comportamiento sexual".

Otro es el trastorno del atracón, definido como darse por lo menos un atracón por semana durante tres meses (comer mucha comida, rápido y hasta sentirse mal) acompañado por un gran sentimiento de culpa y de decaimiento.

"Esto no es comer en exceso, como todos hacemos ?explica B. Timothy Walsh, psiquiatra de Columbia y del Instituto Psiquiátrico del estado de Nueva York que está trabajando en el manual?. Presupone una mayor pérdida de control, mayor consternación y más profundos sentimientos de culpa e infelicidad."

UNA HERRAMIENTA PSIQUIATRICA

El DSM es una herramienta de diagnóstico mediante la descripción del trastorno psiquiátricos o los síntomas, la especificación de algún trastorno de personalidad o del desarrollo y las tensiones psicosociales en la vida cotidiana, y la evaluación del funcionamiento general.

FUENTE: The New York Times

jueves, 18 de febrero de 2010

Dos de cada tres consumidores habituales de tóxicos presentan además alguna enfermedad mental

El consumo de tóxicos ha incrementado de forma importante los trastornos relacionados con la esquizofrenia en España.

Dos de cada tres consumidores habituales de tóxicos presentan además alguna enfermedad mental: el 83 por ciento un comportamiento antisocial, un 60 por ciento trastorno bipolar y el 47 por ciento esquizofrenia, según afirmaron hoy médicos de Atención Primaria durante la presentación del V Programa de Formación Continuada 'Trastornos del ánimo en Atención Primaria', organizado por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) y Lundbeck.

De la misma manera que el consumo de drogas supone un factor desencadenante de algunas enfermedades mentales, en dos de cada tres casos la patología psiquiátrica y adictiva aparecen de forma simultánea.

En este sentido el doctor Javier García Campayo, del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, explicó que "la patología dual es la asociación de un trastorno psiquiátrico y de una toxicomanía y puede ser una causa de otra o ser independientes. La depresión o la psicosis asociadas son las enfermedades más frecuentes". 

El consumo de tóxicos "favorece la aparición de las psicosis, razón por la que los trastornos relacionados con la esquizofrenia en España se han incrementado de forma importante y aparecen varios años antes de media por el abuso de sustancias", indicó. 

"En 30 años España se ha situado en segunda posición en el ránking mundial de consumidores de drogas", afirmó el doctor, que explicó que "el consumo aumenta cada año, debido a la percepción social del riesgo de consumir drogas es muy baja. No hay suficiente conciencia de la capacidad que tiene el consumo de drogas para producir enfermedades psiquiátricas y físicas".

El doctor subrayó que "la gente que consume cannabis habitualmente sufre de patologías psiquiátricas que van desde el síndrome amotivacional a la psicosis", pero que al no tener tantas consecuencias físicas evidentes, "la población, especialmente la más joven, no la considera tan peligrosa".

PAPEL PREVENTIVO DE LA ATENCIÓN PRIMARIA
Para evitar el aumento del consumo de drogas y por tanto, de estas patologías, el doctor José Ángel Arbesú, coordinador de Salud Mental de SEMERGEN, afirmó que el médico de Atención Primaria tiene un papel muy importante en la prevención, detección y tratamiento de los adictos.

Según explicó, el médico debe "prevenir las adicciones, implementando iniciativas que modifiquen y mejoren la calidad de vida de los individuos, fomentando el autocontrol individual y la resistencia colectiva ante la oferta de drogas, fundamentalmente en adolescentes y jóvenes, indagando acerca de sus conductas de salud y prácticas de riesgo"

Igualmente puede "establecer una detección precoz de la adicción mediante la entrevista clínica, la exploración física  y la realización de pruebas complementarias". Para ello, el doctor recalcó que es necesario "más tiempo, recursos y capacidad".

Arbesú recalcó que, aunque las drogas más consumidas son el cannabis y la cocaína, "existe un considerable aumento del consumo de drogas legales como el alcohol y los hipnosedantes. Estos fármacos son actualmente, las adicciones más frecuentes que se pueden observar en Atención Primaria".

No se trata ya de un perfil joven, sino de principalmente mujeres a partir de los 60 años, con problemas personales, una baja autoestima y poca tolerancia a la frustración. El doctor recordó que estas drogas también tienen consecuencias para la salud como "fenómenos de tolerancia y dependencia tanto psicológica con una necesidad creciente de dosis para conseguir el efecto, deterioro del control sobre el consumo; y física provoca la aparición de síntomas de abstinencia, como son el deseo intenso de consumo, malestar general, agitación, taquicardia y dolores musculares".

FUENTE:  EUROPA PRESS

viernes, 5 de febrero de 2010

Los mejores estudiantes presentan un mayor riesgo de trastorno bipolar, según un estudio del King’s College Londinense.

Group of students in classCientíficos del Instituto de Psiquiatría del mencionado college y sus colegas del Institutet de Estocolmo han publicado la primera evidencia científica de que una habilidad intelectual por encima de la media está asociada con el trastorno bipolar. Esta creencia se ha visto frecuentemente reflejada en los escritos de famosos autores y a lo largo de la historia, pero hasta ahora los científicos nunca habían sido capaces de probar con exactitud si esto era o no cierto.

El Dr. James MacCabe, el investigador principal y profesor titular en el Instituto de Psiquiatría del King’g College londinense declaró: “Hemos encontrado que el hecho de alcanzar un sobresaliente va asociado a un mayor riesgo de padecer trastorno bipolar, particularmente en el campo de las humanidades y, en menor medida, en el de las ciencias. Sobresalientes en Sueco y Música presentan asociaciones especialmente fuertes, lo cual apoya a la literatura que siempre encuentra fuertes asociaciones entre creatividad musical y lingüística y trastorno bipolar”.

Se propusieron varias explicaciones posibles para el vínculo; las personas en un estado de hipomanía (un periodo leve de manía o estado de ánimo elevado) suelen ser ingeniosas, inventivas y capaces de enlazar ideas de formas innovadoras; las personas con trastorno bipolar experimentan reacciones inusualmente fuertes en cuanto a sus respuestas emocionales, lo que pueden impulsar su talento en el arte, la música y la literatura. En tercer lugar, las personas con hipomanía a menudo tienen una extraordinaria resistencia y pueden mantenerse concentrados durante largos períodos de tiempo.

Estos estilos cognitivos puede que ayuden a los estudiantes a rendir mejor en las asignaturas creativas, pero también los predisponen hacia el trastorno bipolar en etapas posteriores de su vida.

El estudio
Los investigadores utilizaron resultados de exámenes obligatorios realizados en Suecia por jóvenes de entre 15-16 años anualmente entre 1988 y 1997. Más tarde, se compararon con el registro hospitalario Sueco para la aprobación de la gestiones hospitalarias xon el fin de comprobar asociaciones entre los alumnos y sus logros académicos y la admisión al hospital con un diagnóstico de trastorno bipolar entre las edades de 17 y 31 años. Un total de 713,876 personas fueron incluidas en el estudio.

Encontraron que los estudiantes con rendimiento escolar excelente presentaban casi cuatro veces más posibilidades de desarrollar el trastorno bipolar como adultos, en comparación con aquellos con calificaciones promedio. Este riesgo aumentado permaneció después de que los investigadores consideran otros factores tales como la educación de los padres y la situación socioeconómica.

Los estudiantes con las notas más pobres presentaron también un riesgo moderadamente mayor de trastorno bipolar, con un riesgo casi dos veces mayor de desarrollarlo en comparación con aquellos con calificaciones medias. Algunas personas que posteriormente desarrollan trastorno bipolar, particularmente aquellos con síntomas depresivos, pueden tener estilos cognitivos que deterioran su rendimiento académico. También es posible que se produzca un comportamiento disfuncional, uso indebido de sustancias o depresión sin diagnosticar, lo cual puede afectar a sus estudios.

La investigación también demostró que la asociación entre altas puntuaciones y el riesgo de trastorno bipolar tardío parece ser más fuerte en los hombres que las mujeres. No obstante, se necesita más investigación en este área.

El estudio, ‘‘Excellent school performance at age 16 and risk of adult bipolar disorder: national cohort study’’ ' fue publicado en la edición de febrero de la revista británica de psiquiatría.  Para una copia del documento, haga clic en este enlace.

FUENTE: King’s College.

lunes, 1 de febrero de 2010

Los hijos de padres con trastorno bipolar, sujetos a un mayor riesgo de Trastorno de Déficit de Atención por Hiperactividad, según un estudio.

Según el nuevo estudio, los hijos pequeños de padres con trastorno bipolar, una enfermedad mental con pasajes anímicos graves de la depresión a la manía, tienen ocho veces más riesgo de desarrollar un TDAH que los niños pequeños de padres mentalmente sanos.

También tienen seis veces más riesgo de tener dos o más trastornos mentales.

El estudio, dirigido por Boris Birmaher, del Western Psychiatric Institute and Clinic, en Pittsburgh, Pensilvania, comparó a 121 niños, de 2 a 5 años, de 83 padres y madres con trastorno bipolar, con 102 niños de la misma edad de 65 parejas sin antecedentes de bipolaridad, que fue el grupo de control.

El equipo excluyó a los padres que nunca habían recibido un diagnóstico de esquizofrenia, retraso mental o trastornos anímicos por abuso de drogas y fármacos o por enfermedades.

Los resultados, publicados en American Journal of Psychiatry, apuntaron hacia un aumento del riesgo de TDAH y otros trastornos psiquiátricos en hijos de padres bipolares.

Y mientras sólo tres niños de padres bipolares tenían trastornos anímicos, este grupo, sobre todo aquellos con TDAH y trastorno desafiante, tenía muchos más síntomas maníacos y depresivos graves que los niños del grupo control.

Los padres bipolares observarían conductas en sus hijos que les recordarían a sus propios síntomas. Esa ansiedad sería justificable. "El factor de riesgo más importante del trastorno bipolar es la herencia familiar", indicó el equipo.

Como ocurre en medicina, la detección temprana tiene sus beneficios, agregan los autores.
Las intervenciones psicosociales para ayudar a los niños a regular su estado anímico son útiles cuando existen trastornos conductuales o signos de trastornos anímicos en una etapa posterior.

Y el tratamiento efectivo de los problemas de salud mental de los padres "reduciría la gravedad, y hasta retrasaría o prevendría la aparición" de los mismos problemas en los hijos de padres bipolares.

FUENTE: American Journal of Psychiatry, online 15 de enero del 2010

jueves, 28 de enero de 2010

Los omega-3, posible ayuda contra la depresión y el trastorno bipolar, según estudio francés.


Científicos del Instituto de Investigación Agronómica de Francia (INRA, en sus siglas en francés) han descubierto que los ácidos grasos omega-3 pueden ayudar a luchar contra los cambios del estado de ánimo, tales como la depresión o el trastorno bipolar, según informa en edición de hoy el periódico francés 'Le Parisien'.

Estos ácidos grasos poliinsaturados, que se encuentran en algunos alimentos como la soja, el aceite de nuez y algunos pescados como el salmón o la caballa, ya había demostrado anteriormente ser eficaz para disminuir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

En esta investigación, según explica uno de sus autores Pierre Astorg, se revisaron todas los estudios de los últimos 12 años en los que se buscó una relación entre el consumo de pescado y la depresión.

De todos ellos, un estudio chino que midió los niveles de omega-3 en los glóbulos rojos de un centenar de pacientes ingresados tras intento de suicidio y los comparaba con pacientes ingresados por accidente de tráfico, comprobando que los niveles de ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA) --dos tipos de ácidos omega 3-- eran más altos en aquellos que intentaron acabar con su vida.

Del mismo modo, otro estudio de 2003 en el que participaron 10.000 embarazadas demostró que aquellas que sufrieron depresión postparto habían presentado un menor nivel de DHA en los lípidos del plasma recogido en el día del nacimiento de sus hijos.

Según concluyen los autores de la investigación, son varios los estudios que han demostrado esta relación entre pescado y depresión, sobre todo procedentes de países como Japón o Corea, donde sus ciudadanos consumen grandes cantidades de pescado. Además, apuntan a que la melancolía de la maternidad es más rara en países donde la gente come mucho pescado y donde la leche es más rica en omega-3.

Tras esto, la investigación se trasladó al laboratorio para comprobar esta relación en ratones, observando que aquellos roedores que fueron privados de omega-3 estaban "más estresados, ansiosos y con mucha menos memoria que los que había absorbido omega-3.

Esto demuestra que es necesario "comer pescados grasos dos o tres veces a la semana, así como consumir suplementos alimenticios ricos en omega-3, de uno a dos gramos por día", explicó Astorg.

FUENTE: tomado de  ADN.es

viernes, 22 de enero de 2010

La mitad de los pacientes con trastornos mentales severos se reinserta en sociedad gracias a la terapia grupal y multifamiliar.


La familia, clave en la rehabilitación.
El tejido social, compuesto por familiares y amigos del paciente, resulta esencial para la recuperación. 
Los psicofármacos actuales atacan los puntos diana y tienen menos efectos secundarios (no crean dependencia, ni provocan enfermedades metabólicas). 
Los profesionales de AMSA consideran fundamental la formación sanitaria tanto de los pacientes como de sus familiares.



Trastorno bipolar y esquizofrenia. Estas dos patologías, la segunda de ellas en sus variantes más severas, atienden los profesionales de la Unidad de Psicosis de Avances Médicos S.A (AMSA).

“Hay dos tipos de pacientes: aquellos con un grado de trastorno muy severo y moderado”, explica Florencio Moneo, psiquiatra de AMSA y responsable de esta unidad. “Aproximadamente la mitad de ellos consigue recuperarse, es decir, reinsertarse en la sociedad. Los que no lo consiguen acaban en el INEM o en trabajos protegidos”, agrega.
El tratamiento suele durar alrededor de 4 meses (y la asistencia media es de 15 pacientes) y, según Moneo, “la red social de apoyo –familiares y amigos- es clave para la recuperación del paciente”. También lo es la medicación. “Es muy importante emplear los psicofármacos actuales, puesto que atacan las puntos diana y tienen menos efectos secundarios (no crean dependencia, ni provocan enfermedades metabólicas)”.

En general, los tratamientos son grupales y multifamiliares “ya que hay que procurar que el ambiente sea lo más parecido al sitio donde se reintegran, la sociedad”. Para ello trabaja un equipo interdisciplinar formado por psiquiatras, psicólogos y terapeutas, además “de gente en prácticas que entra y sale, y que contribuye a que el grupo no se vuelva sectario”, señala el experto de AMSA.

Además, los profesionales de AMSA hacen hincapié en la formación sanitaria tanto de los pacientes como de sus familiares, algo que consideran “fundamental”. Por otra parte, el responsable de la unidad indica que “en muchas ocasiones los pacientes vienen de las hospitalizaciones de otros hospitales –Basurto, Zamudio y San Juan de Dios-, por lo que llegan moderadamente estabilizados”.

FUENTE: Noticias Médicas.es

jueves, 21 de enero de 2010

Una variante genética asociada a la depresión y al trastorno bipolar, afirma un estudio del NIH


Se encuentra en el cromosoma 3p21.1 y, según investigadores de los NIH de Estados Unidos, se relaciona con un mayor riesgo de desarrollar trastornos graves del estado de ánimo.

Investigadores de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos han identificado una variante genética en el cromosoma 3p21.1 que influye en el riesgo de desarrollar trastornos graves del estado de ánimo, incluyendo el trastorno bipolar y el trastorno depresivo mayor.

El descubrimiento, que se publican en la edición digital de “Nature Genetics”, apoya la teoría de que las variantes genéticas que influyen en el trastorno bipolar y el trastorno de depresión mayor se solapan.

Son dos tipos amplios de los trastornos del estado de ánimo que en conjunto afectan a varios cientos de millones de individuos en todo el mundo. El trastorno depresivo mayor se caracteriza por sentimientos de tristeza y baja autoestima, pérdida de placer, alteración del sueño y el apetito, baja energía y concentración pobre.

Por su parte, el trastorno bipolar se caracteriza por periodos alternantes de depresión y ánimo elevado o manía. La conducta maniaca a menudo incluye ilusiones de grandeza, hiperactividad, mayor energía y conducta arriesgada. Tanto el trastorno bipolar como la depresión están asociados a un mayor riesgo de suicidio.

Los científicos, dirigidos por Francis McMahon, realizaron un metaanálisis de cerca de 7.000 individuos con trastorno mayor del estado de ánimo y descubrieron que las variantes genéticas en el cromosoma 3p21 se asociaban a un mayor riesgo de desarrollar estos trastornos.

FUENTE: tomado de JANO.es

miércoles, 13 de enero de 2010

El Mundo Bipolar

Autor: DR. E. Grecco


Vamos a entrar en el mundo del paciente bipolar. ¿Me acompañan? Conviene siempre tener presente, durante todo el recorrido, que en el bipolar se exagera un modo de funcionar universal que es inherente a la vida humana, del que todo disponemos: el antagonismo complementario de los opuestos.

Entre la oscilación inmoderada de la bipolaridad y la rigidez envarada de la esclerosis existe un punto de equilibrio posible que no se trata de una localización fija sino dinámica, de un punto que no es tanto un lugar preciso como un intervalo, una zona donde los antagonismos se hacen conciliables. En suma, una gama de matices.
Esto quiere decir que ser estático no se corresponde a una posibilidad sana de ser. La estabilidad por sí misma no debiera ser un valor terapéutico a conquistar, pero sí el movimiento proporcionado, la armonía móvil, la solidez flexible, el arraigo sin estancamiento.
Si consideramos como el rasgo característico de la bipolaridad su inestable vaivén cíclico, el hecho de que quien la padece va y viene, de un modo más o menos irregular, de un polo a otro entre la alegría y la tristeza, conviene considerar que tal alternancia, para ser considerada disfuncional, tiene que ser desmesurada y excluyente, es decir, debe reflejar esa imposibilidad interna de la persona para integrar polaridades, su dificultad de aceptar y de vivir en plenitud la ambivalencia. Desde el blanco al negro hay una variada progresión de grises, y en esto consiste la dificultad bipolar: su incapacidad para detenerse en matices y gradientes emocionales.

Textura de la bipolaridad
Las presentaciones típicas de la bipolaridad se manifiestan bajo la apariencia alternada y excluyente de depresión y manía, pero existe un gran grupo de apariciones en donde ambas series emocionales son contemporáneas y superpuestas, y se las conoce como "formas mixtas".
Esta última posibilidad no constituye una rareza sino más bien una condición bastante frecuente en la clínica, pero la simultaneidad de síntomas no significa integración ambivalente. Así es como ocurre, por ejemplo, en la manía disfórica (manía depresiva) o en la depresión agitada. Por otra parte, varias investigaciones clínicas muestran que esta manifestación de la bipolaridad es más virulenta, más resistente al tratamiento, más grave en sus síntomas y con el índice más alto de riesgo de suicidio, y es, al mismo tiempo, la que esconde el mayor grado de creatividad.
Pero ya sea bajo una u otra apariencia, la bipolaridad comparte un semblante o textura común que podría resumirse de la siguiente manera:
  • Oscilación inestable del humor
Mas allá del pasaje de un estado emocional a otro, existe una tendencia reluctante en este vaivén del humor a lo largo de la vida. Sin un motivo cierto, la persona salta de un pico al otro, y si esto puede observarse en lo puntual, al considerar la totalidad de su historia se aprecia que cada episodio forma parte de una cadena más abarcativa, de una serialidad repetitiva propia de la naturaleza bipolar.
Esta ciclicidad puede estar separada por mesetas, de aparente o real armonía, pero la posibilidad de caer en una fase de depresión o de manía está presente como una amenaza constante. De manera que la oscilación toma, aquí, la figura de algo recurrente pero impredecible. El día y la noche se suceden de un modo "estable"; en cambio, en el acontecer bipolar todo es incierto, cíclico e inestable. ["Ya es franca desazón lo que antes era risa" (Alfonso Reyes).]
  • Comportamiento irregular
Otro rasgo de las personas bipolares es la irregularidad y asimetría de sus conductas que no siguen, generalmente, una línea directriz previsible, sino que van y vienen de acuerdo con el termómetro emocional interior, "al compás de las hormonas".
Naturalmente, esto provoca que se resientan sus rendimientos en las distintas áreas de su vida y que aparezcan, ante los demás, como personas inconstantes y poco disciplinadas. Muchas veces, estos comportamientos son, además, explosivos, como un terremoto que brota de pronto, inesperada e inexplicablemente, tanto para el sujeto como para los que lo rodean.
  • Actitud frente a la fatiga
Los bipolares tienen un patrón, bastante propio, de ir cansándose progresivamente. Esto no se debe tanto a la fatiga, propia de un esfuerzo, como al aburrimiento que le provoca la rutina. De modo que, cada tanto, deben detener su actividad y hacer otra cosa para tratar de alejar esta vivencia, por que, cuando lo invade, siente que es un escenario que lo aplasta y del cual no puede escapar.
El observador inexperto, al ver esta actitud, deduce que el bipolar carece de voluntad y firmeza, y no le falta razón, pero esto ocurre por motivos diferentes a los que el piensa. No se trata, por ejemplo, de escasez de disciplina sino una necesidad de estimulación renovada y siempre creciente que, en caso de faltar, lo hunde en el tedio y el desinterés.
Pero hay que tener en cuenta que el puño de la depresión que aprieta en silencio el corazón del bipolar (aún en su manía) es, también, uno de los motivos de su agotamiento. Por una parte, consume su energía interior, y por otra, lo enfrenta a un mundo cargado de adversidad que lo aplasta. ["No, no es cansancio... / Es una cantidad de desilusión que se me entraña / en el pensamiento, / es un domingo al revés / del sentimiento, / un feriado pasado en el abismo..." (Fernando Pessoa).]
  • Vínculos y proyectos
Todo lo conectado con las relaciones y los proyectos representan un área conflictiva de importancia. El bipolar cambia rápidamente de postura frente a sus proyectos y afectos, le cuesta mantener relaciones profundas y durante mucho tiempo. Es muy usual encontrar, en las historias de estas personas, numerosas experiencias de cambio laboral, vocacional y de pareja, generalmente, con separaciones y desligues turbulentos. Esto se debe, en parte, a la búsqueda de la diversidad de experiencias como un alimento significativo del alma, a la complejidad de su mundo personal y a la tendencia a construir vínculos disfuncionales, enredados, tormentosos y atribulados, tanto con personas como con tareas y emprendimientos.
  • Reacción frente a situaciones nuevas
Los bipolares tienen una excitación inicial baja y una resonancia de corta duración. Puede ocurrir, sin embargo, que al inicio las nuevas propuestas tengan una fuerte intensidad que decae a poco de andar, como si en el transcurso del tiempo decayera la motivación.
Ocurre algo similar respecto a los objetos y a las personas: acercamiento afectivo fácil pero sin consecuencias prolongadas. Ahora bien, si este contacto les provoca mucha efervescencia, puede llegar a ser explosivo y sin transiciones. A pesar de la intensidad no por eso, sin embargo, deja de ser superficial.
Esto explica dos modelos interpersonales muy frecuentes del bipolar: no involucrarse (que los otros interpretan como falta de compromiso) y el contrario, el involucrarse totalmente, sin gradientes previos. En este sentido, es típico que cuando un bipolar conoce a una persona que le despierta atracción sexual reaccione, por ejemplo, de este modo: "Hola que tal, ¿Cómo te llamas? ¿Nos vamos a vivir juntos?". [Me recuerda el breve poema confesional del poeta mexicano Efraín Huerta: "En / cuestiones / de amor / (o como se llame) / siempre / he sido / un tanto / prematuro."]
  • Autodestructividad
Las personas bipolares poseen una gran propensión a destruir, con sus comportamientos, todo lo que construyen, sean vínculos afectivos, o bien desarrollos profesionales o laborales. "… Al borde estoy de ser / lo que más aborrezco: / Caín de lo que quiero", dice en estos versos, muy gráficamente, el poeta español Pedro Salinas.
Es frecuente encontrar, en sus relatos, un reconocimiento de que sus actitudes y obras fueron las causantes de sus pérdidas, tanto materiales como anímicas. Que, muchas veces, podían visualizar con anticipación el resultado final desastroso de sus actos, pero que, aún así, no podían detener la impulsión coercitiva que los avasallaba. Es que, en las profundidades de sus almas, se puede descubrir un inconsciente y apremiante sentimiento autodestructivo que los sojuzga y que, seguramente, está enlazado con la herida en la autoestima y la valoración personal que los bipolares cargan. Es como si sus conductas expresaran: "Nada puedo tener, porque de nada soy merecedor".
Esto conlleva mucho sufrimiento y penurias, soledad, dificultades materiales y de inserción social, que llenan el corazón con una vivencia dolorosa irreparable.
  • Sentirse incomprendidos
Otra faceta interesante de las personalidades bipolares es la sensación de ser incomprendidos, el estar convencidos de que nadie puede saber de sus males y, por lo tanto, que no hay quien pueda ayudarlo. "Los que llegan no me encuentran. / Los que espero no existen" (Alejandra Pizarnik). Esta vivencia es la madre del desconsuelo que, usualmente, anida en sus conciencias de un modo torturante.
La razón de la creencia de que no existe persona que pueda entender los motivos del "desastre de sus vidas" se debe, en parte, al hecho de que son ellos los primeros que ignoran las causas, seguramente por su manifiesta dificultad para bucear en los repliegues de su intimidad.
Esta vivencia de no tener interlocutores, en oportunidades, los conduce a excluirse de una vida social activa. Pero, a la larga, la soledad -tanto a los bipolares como al resto de las personas y tal como dice Camilo José Cela- "puede llevarnos a extremos desangelados". En la toma de esta actitud de aislamiento no están gobernados por sentimientos de orgullo o superioridad, sino arrastrados por una sensación de desarraigo y desconexión.
La sensación de no pertenecer se ha convertido, para el bipolar, en un "callejón sin salida", donde por momentos se siente: ["Inmóvil en la sombra, mudo como una planta, / sembrado, quieto, en un temor de nada, / con derrumbes de carne para adentro / pero sin haber muerto" (Jaime Sabines).]
Y del mismo modo como el sentirse incomprendido puede conducirlo al aislamiento, también puede llevarlo a la indiscriminación de sus conductas (por ej., la promiscuidad); pero el resultado es semejante en ambas reacciones: soledad, incomprensión.
Hay otro aspecto de este problema que se debe considerar con cuidado. Se trata de que el bipolar vive la realidad que piensa como evidente. Tal como expresan -con mayor precisión (y belleza) que mis palabras de terapeuta- estos versos de Pessoa: "Albergo en el pecho, como a un enemigo que temo ofender, / un corazón exageradamente espontáneo / que siente todo lo que sueño como si fuese real, / que acompasa con el pie la melodía de las canciones / que mi pensamiento canta, / canciones tristes, como las calles estrechas cuando llueve".
(Hago aquí una digresión que considero importante. Se podrá decir que, para fundamentar mis reflexiones acerca de la bipolaridad, "abuso" del gran poeta portugués Fernando Pessoa -y de sus famosos "heterónimos" (por ej., los versos anteriores los firma como Álvaro de Campos)- y de otros grandes poetas universales, en desmedro de reconocidos autores del campo de la Psiquiatría, la Medicina y la Psicología; es decir, que me baso en "ficciones" para describir un padecer tan real como el que nos ocupa; pero sucede que la poesía expresa mejor y más cabalmente las emociones -sobre todo, las de los bipolares- que cualquier obra escrita proveniente de la ciencia médica o las disciplinas psicofísicas. Y no exagero. Ya lo decía una autoridad como Aristóteles: "la Poesía es más verdadera que la Historia, porque ésta dice las cosas como fueron, y la Poesía, como debieron haber sido" -recuérdese aquí la tragedia griega y cuánto la estudió Sigmund Freud, por ej., deseoso de hurgar en el misterio del Inconsciente-. Desde luego, como terapeuta, uno tiene el deber de hacer silencio para escuchar y descubrir a la verdadera persona que se enmascara detrás de su sufrimiento y, sobre todo, de su discurso, sea éste poético o prosaico, realista o fantasioso, reticente o verborrágico, para acompañarlo, después, a encontrarse consigo mismo. Más aún: uno mismo, como terapeuta, debe estar muy despierto y muy advertido de los peligros de la fascinación por sus propios "versos", es decir, su propio discurso terapéutico, y volver sobre éste cada tanto para modificar "la letra" que deba ser modificada, sin miedo a nuevos errores o contradicciones (tan propios de los hombres, por otra parte...). Jorge Luis Borges decía: "Toda interpretación es una ficción que se agrega a la realidad". Y al fin de cuentas, la interpretación del padecer bipolar también es un discurso y, de algún modo, una ficción que se agrega a la realidad particular de quien sufre dicho padecer; por lo tanto, cualquier interpretación a partir de la cual se pretenda fijar para siempre un saber y una estrategia de cura o alivio de la bipolaridad, fracasará, pues ningún saber ni ninguna interpretación deben ser nunca unívocos, definitivos ni estáticos, sino dinámicos, es decir, deben permitirse oscilar como la vida misma, teniendo en cuenta, además, los nuevos aportes multidisciplinarios para el abordaje de este trastorno y, sobre todo, la historia personal, el talento a potenciar y la individualidad irrepetibles de cada paciente.
Ahora bien, los sueños de los bipolares no son ficciones para ellos, y las imágenes mentales que los forman tienen existencia concreta y, el carácter multidimensional de éstas, hace que sean muy difíciles de poner en palabras (a los poetas les resulta un poco más sencillo...). Téngase en cuenta el hecho de que "cada palabra dice lo que dice y además más y otra cosa" (Alejandra Pizarnik). Por otra parte, lo que ellos "ven" como algo real es -para quienes que los rodean- el atisbo de una sombra que no pueden llegar a representar y, menos aún, comprender.
  • Atención flotante
Los bipolares suelen estar muy conectados y enlazados con su entorno de una manera muy peculiar e inconfundible: son atentos aunque no concentrados, ligados al contexto pero no al foco, perciben todo y no se demoran en detalles, sintetizan mucho y analizan poco. Este mecanismo les da una perspectiva y un registro de la realidad no habitual y los lleva a arribar a conclusiones (obtenidas por vía intuitiva) que sorprenden a los otros.
Concentrarse les resulta problemático y el esfuerzo que deben realizar para lograrlo aumenta su oscilación, ya que contraría una tendencia natural opuesta y los hace entrar en confusión.
El bipolar está más abierto a experimentar la totalidad de los estímulos de la realidad que el común de las personas. Esto puede acarrear que, por una parte, si se desconoce su modo de pensamiento, se lo considere disperso, cuando en realidad su diafragma perceptivo está muy abierto, y por otra, él sea propenso a los "fracasos escolares o laborales", dado que los requerimientos académicos siguen patrones totalmente distintos de su modo de funcionar.
Sin embargo, es bueno tener presente que lo que a los bipolares les falta en concentración, les sobra en atención, puesto que, al igual que los disléxicos, son "atencionales natos".
  • Voraz curiosidad
Esta singular relación con el entorno es un dato que se enlaza con la insaciable curiosidad que emana por todos los poros del bipolar. Esto hace que, muchas veces, estén "saltando" de una cosa a la otra y que sean evaluados como inconstantes, cuando en realidad están "devorando el mundo" con su percepción. ["... mis brazos insisten en abrazar al mundo" (Alejandra Pizarnik).]
La curiosidad se conecta con el horror bipolar al aburrimiento y el fuerte desarrollo de los sentimientos de interés, que no tienen otro objeto que el estar interactuando activamente sobre las cosas con las cuales se relaciona. Cuando el tedio lo embarga suele intentar escapar de esta situación recurriendo a tres mecanismos básicos: ensoñación creativa (sueña despierto), cambiar su foco de atención hacia otro centro de interés y ponerse en movimiento.
La curiosidad conduce al bipolar (niño o adulto) a la búsqueda de nuevas experiencias, a intentar aprenderlo todo, tocarlo todo, entrometerse en todo. Esto puede resultar, para los otros, una molestia ["Yo era la fuente de la discordancia, la dueña de la disonancia, la niña del áspero contrapunto. Yo me abría y me cerraba en un ritmo animal muy puro", (ídem)], pero el bipolar no está asistido por un afán de fastidiar a nadie sino que actúa en función de un empuje natural de huir del hastío y de explorar el mundo. Las travesuras infantiles son un buen ejemplo de esta disposición a la aventura del conocimiento que es un ingrediente importante de las cualidades bipolares.
  • El don de los matices
Desde una perspectiva positiva el oscilar implica la capacidad de poder ponerse en un punto de vista diferente del actual, lo que suele resultar una buena estrategia para comprender lo que no se conoce.
En este pasaje de un polo al otro, el bipolar va recorriendo una gama de gradientes a una gran velocidad. Esto le permite alcanzar, cuando está bien aspectado, el dominio de una vasta escala de emociones diferentes, en tiempo récord, y experimentar un arco muy amplio de tonos y matices afectivos en los vínculos y la comunicación.
Este talento -compartido con la creatividad- es inherente a la condición bipolar y, cuando el paciente está mal aspectado, permite comprender la oscilación como una manera de negarse a abrir las puertas al ensayo y la exploración de los gradientes afectivos (diferencias) y un correlativo refugio en las cimas emocionales de la tristeza y la alegría, con el objetivo de excluir cualquier posibilidad de cercanía, contacto y combinación entre ellas. El motivo de esta evitación a experimentar la ambivalencia hay que rastrearlo en la historia del bipolar.
  • Pensamiento concreto
Las formas del pensar reflejan maneras de vislumbrar y entender el mundo. El pensamiento bipolar es circular, dialéctico, dinámico, totalizador, pleno de cualidades sensibles, como una especie de sistema de conceptos vivos sumergidos en imágenes, de manera que, para él, el universo es una realidad concreta, plástica, pero sobre todo en movimiento.
Este tipo de estrategia cognitiva le implica atarearse con grandes bloques de información a mayor velocidad que su propia formulación verbal, lo que puede procurarle un mayor rendimiento intelectual, un mejor control del equilibrio emocional y el poder penetrar en áreas de la personalidad donde no existen palabras (el Inconsciente). Claro está que esto funciona como una disposición que está distorsionada en el bipolar pero indica la riqueza potencial de su mente.
Por otra parte, además de este rasgo, el pensamiento bipolar posee una orientación intuitiva y multidimensional. Lo primero lo lleva a ser capaz de arribar a conclusiones sorprendentes, aunque no pueda dar cuenta de los procesos que lo condujeron a tal respuesta, y lo segundo, a experimentar los pensamientos como realidades desde incontables puntos de vista simultáneos y con una gran intervención de todos sus sentidos.
Para el bipolar las palabras, tal como él las expresa, son imágenes sensoriales ["Aun si digo sol y luna y estrella me refiero a cosas que me suceden", (Alejandra Pizarnik)], y una imagen de esta naturaleza no se puede fijar porque, cuando deja de sentirse, se pierde como tal, y no es posible encontrar vocablos suficientes para explicarlas ["Toda la noche espero que mi lenguaje logre configurarme", (ídem)]. Esto da cuenta de la aceleración de ideas que por momentos los invade para intentar subsanar tal limitación.
  • Creatividad
Francisco Alonso Fernández señala que "se dispone de suficiente documentación para señalar que la personalidad ciclotímica, el terreno predilecto del trastorno bipolar, acumula rasgos positivos para la creatividad filosófica y de otras modalidades, debido a sumar como un privilegio facultades como las siguientes: el instinto de búsqueda de nuevas ideas o experiencias, la firmeza para mantener posturas poco convencionales, el espíritu de riesgo para la lucha social y el debate del pensamiento, entre otras...".
Esta afirmación del autor de El talento creador es coincidente con mis investigaciones al respecto, que apuntan a mostrar que la creatividad del bipolar se amplifica gracias, por una parte, al carácter concreto (por imágenes), intuitivo, multidimensional y dialéctico de su pensamiento, y por otra, a la curiosidad, esta actividad que Alonso Fernández ubica como "instinto de búsqueda de nuevas ideas y experiencias" y a la que Ronald Davis le atribuye la cualidad de ser una fuerza más intensa que la gravedad, la energía motriz que está detrás de la creatividad y de la evolución del hombre.
  • Torpeza
Los bipolares suelen tener conductas torpes, inadecuadas o desacertadas.
En sus relaciones interpersonales se manifiestan como desmañados y deslucidos, parecen ineptos y carecen de pericia para decir lo apropiado e iniciar o cerrar un vínculo de modo "prolijo". Esta inhabilidad les provoca frustración e invalidez.
¿Qué es lo que esta clase de torpeza genera en el bipolar? En el mundo interno, que disminuya su autoestima (ya de por sí decaída), y en lo externo, que se trabe y paralice, o bien que se acelere y se vuelva hiperkinético, aumentando, así, su incoordinación.
Un equivalente de la torpeza son las desorientaciones espaciales y la pérdida del equilibrio que frecuentemente padecen. Se marean viajando en vehículo terrestre y cuando éste está detenido sienten que se mueve, calculan mal las distancias, habitualmente se pierden...
Frente al reproche de los demás por sus frecuentes "torpezas" y "descuidos", un bipolar podría hacer suyas estas palabras del gran poeta mexicano Jaime Sabines: "Te dicen descuidado porque ellos están acostumbrados a los jardines, no a la selva".

FUENTE: tomado de  http://www.redbipolar.com/redbipolar/index.php?option=com_content&task=view&id=17&Itemid=65

viernes, 8 de enero de 2010

Las combinaciones de fármacos psiquiátricos bajo la lupa en EEUU


Los adultos en Estados Unidos bajo tratamiento por una enfermedad mental son más propensos a tener que tomar dos o más fármacos que hace una década.

Aunque poco se conoce sobre si son efectivos o cuáles son sus efectos adversos, las combinaciones de fármacos psiquiátricos se usan cada vez más para tratar una gran cantidad de trastornos mentales, incluida la ansiedad, la depresión, el trastorno de pánico, el estrés postraumático, el trastorno bipolar y la esquizofrenia, según indicó un estudio.

"Tenemos que saber si esas combinaciones les ofrecen algún beneficio a los pacientes", dijo Ramin Mojtabai, de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Johns Hopkins University, en Baltimore.

En este primer estudio en su tipo, Mojtabai y el doctor Mark Olfson, del Centro Médico de la Columbia University y del Instituto Psiquiátrico del Estado de Nueva York, examinaron los datos reunidos durante 13.000 consultas a psiquiatras en Estados Unidos entre 1996 y el 2006.

Los expertos se concentraron en los cuatro tipos principales de psicotrópicos: antidepresivos, antipsicóticos, sedantes y estabilizadores anímicos.
El equipo halló que los antidepresivos fueron los más recetados. Las tres combinaciones más frecuentes incluyeron otro antidepresivo, un sedante o un estabilizador anímico.

Durante el estudio, dado que se les recetó por lo menos un psicotrópico a más pacientes, la cantidad de consultas en las que se indicaron dos o más fármacos creció del 43 al 60 por ciento, un "aumento significativo", escribió el equipo en Archives of General Psychiatry.

Las mujeres con cobertura, de entre 45 y 64 años y en una segunda consulta con el psiquiatra, fueron las más propensas a recibir dos o más prescripciones.

Lo más preocupante, dijo Mojtabai a Reuters Health, fue la tendencia creciente a combinar dos antipsicóticos, un tipo de fármaco que se le suele indicar a los esquizofrénicos. Según el equipo, las evidencias de la efectividad de esas combinaciones "son limitadas".

Los autores señalaron que la práctica habría avanzado más allá de las evidencias porque los nuevos psicotrópicos no tienen los mismos efectos secundarios que los fármacos anteriores.

"Quizás los médicos dejaron de estar tan pendientes o preocupados por las combinaciones porque los efectos secundarios inmediatos no son tan graves", indicó Mojtabai.

"Los nuevos antipsicóticos, por ejemplo, tienen menos efectos adversos, como sequedad en la boca o visión borrosa. De modo que los médicos no están tan preocupados por las combinaciones", indicó.

Pero, como señalan los autores, existen "más evidencias del aumento de los efectos adversos" asociados con las combinaciones psicotrópicas, incluido el riesgo a largo plazo de engordar, desarrollar diabetes o tener problemas cardíacos.

Mojtabai y Olfson instan a los profesionales de la salud mental a controlar el uso de esas combinaciones psicotrópicas hasta que existan más y mejores evidencias de su seguridad y efectividad.

"De lo contrario, los aumentos de los costos asociados con el crecimiento del uso de esos fármacos generarán restricciones administrativas de la cobertura para controlar esa práctica", advirtieron los investigadores.

FUENTE: Archives of General Psychiatry, enero del 2010