Así lo señala un estudio del Centro de Investigación en Biología Celular y Molecular de la Universidad de Costa Rica y del Centro de Investigación de Genética Psiquiátrica de la Universidad de San Antonio en Texas, EE. UU.
El estudio fue dirigido por el costarricense especialista en psiquiatría genética Javier Contreras y se publicó en la revista Journal of Affective Disorders.
La investigación indica que la mayor parte de las personas con trastorno bipolar padece de niveles muy altos de ansiedad y que los hijos o hermanos de estas personas, aunque no padecen ese trastorno, poseen un nivel de ansiedad mucho mayor que el promedio de la población.
Incluso, se determinó que el 25% de los familiares estudiados padece trastornos ansiosos fuertes, mientras que solo el 4% de las personas que no tienen antecedentes familiares padecen esos niveles de ansiedad. Esto llevó a los investigadores a afirmar que los genes presentes en el trastorno bipolar y en los trastornos de ansiedad son los mismos.
“El tener los genes que causan estas enfermedades no quiere decir que la persona las experimentará; solo significa que es más propensa. Si una persona crece en un buen ambiente, rodeada de amor y el nivel de tensión normal, no manifestará estos trastornos, pero podrían darse en sus hijos si estos no tienen un entorno tan favorable”, dijo Contreras.
“Pronto iniciaremos otra investigación para determinar cuáles son estos genes. Esto nos permitirá diseñar nuevos tratamientos para ambas patologías”, agregó el especialista.
El padecimiento.
El trastorno bipolar es un mal mental que causa cambios de humor extremos. Tiene dos fases, la manía y la depresión.
Cuando la persona está en la fase de manía, deja de dormir, habla más de lo normal, piensa de forma acelerada y su autoestima crece.
En la fase depresiva, el paciente se siente triste y débil, deja de dormir o duerme mucho, y sus sentimientos de culpa son excesivos.
La intensidad y la cantidad de tiempo de cada fase, varían según la persona y las circunstancias.
“Existen dos clases de trastorno bipolar, el tipo I y el tipo II. El tipo I es más fuerte, pero no necesariamente tiene depresiones; a veces solo presenta manías. El tipo II tiene manías y depresiones, pero más leves”, señaló Contreras.
La investigación.
El estudio se llevó a cabo en Costa Rica, Guatemala, en Monterrey y el Distrito Federal (México), y en los estados de California y Texas (EE. UU.).
En Costa Rica, se estudiaron 30 familias con al menos un miembro con trastorno bipolar tipo I y otras 20 personas escogidas al azar que no presentaban estos síntomas.
El estudio constó de varias partes. Primero se realizó una entrevista a profundidad con los pacientes de trastorno bipolar, luego una entrevista individual con cada familiar cercano, y se analizó la historia clínica del paciente.
Posteriormente, estos resultados se enviaron a Texas, donde los revisó la otra parte del equipo de investigación. Luego, ambos equipos determinaron en conjunto los niveles de bipolaridad y ansiedad en cada sujeto de estudio.
A todos los participantes se les tomó muestras de sangre, que se usaron en los análisis genéticos.
“Los resultados indican que la ansiedad es un componente muy fuerte del trastorno bipolar, y que también está muy presente en familiares muy cercanos. Los hijos o hermanos de personas con trastorno bipolar presentan más ansiedad que las personas que no tienen familiares con este trastorno. Incluso, el 25% de los familiares presentan síntomas fuertes de trastornos ansiosos”, dijo Contreras.
“Los resultados ayudan a medicar a las personas con trastorno bipolar pensando también en sus síntomas ansiosos, y a saber que muchos familiares deben atenderse para tratar ansiedad; pero lo más importante es que nos dice cómo hallar genes responsables de esta patología en Costa Rica”, añadió.
En febrero, comenzará la segunda investigación: identificar cuáles son los genes que originan ambos trastornos.
Con las muestras de sangre, se aplicará una técnica genética llamada QTL, que ayuda a delimitar la región del cromosoma donde se encuentran los genes responsables de la enfermedad.
Así podrán determinarse nuevos tratamientos médicos.
“Creemos que estos genes están relacionados con el transporte y la recepción de la serotonina en el cerebro, pero son solo suposiciones, todavía falta el estudio”, dijo Contreras.
FUENTE: tomado de Nacíón.com
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