El Dr. Joseph Biederman era hasta el momento un influyente y respetado psiquiatra infantil de Harvard. Todo ha cambiado a raíz del descubrimiento de su alianza con el gigante farmacéutico Johnson & Johnson para diseñar estudios que beneficiaran a los productos de la compañía. según los documentos judiciales.
El doctor desarrolló planes para probar los productos de la compañía, tal y como se refleja en presentaciones realizadas ante altos ejecutivos de la misma. Una de las diapositivas propone un ensayo en niños de edad pre escolar con risperidona, un antipsicótico de la firma. El ensayo, según la transparencia, “respaldaría la seguridad y eficiencia de la droga en este grupo de edad”.
Biederman es uno de los principales autores de un estudio publicado el pasado año cuya conclusión es que el tratamiento con risperidona en niños bipolares mejoraba los síntomas de déficit de atención e hiperactividad.
Antiguo director del Centro para la Investigación Psicopatológica Pediátrica (Center for Pediatric Psychopathology Research) en el Hospital General de Massachusetts, Boston, se encuentra ahora en el centro de dos controversias: una, la del empleo de fármacos antipsicóticos en niños, y otra, la de los conflictos de interés en medicina.
El doctor ha destacado como uno de los mayores defensores mundiales en el diagnóstico del trastorno bipolar incluso en los niños más pequeños, además de en el uso de medicamentos antipsicóticos para tratar la enfermedad. Sin embargo, gran cantidad de su obra ha sido en realidad elaborada por las farmacéuticas para las que trabaja como asesor. Una investigación abierta por el senador Charles E. Grassley, republicano de Iowa, reveló el pasado año que el señor Biederman ganó por lo menos 1,6 millones de dólares en concepto de asesoramiento a farmacéuticas del 2000 al 2007, de los cuales sólo pudo dar cuenta de alrededor de 200.000 a los inspectores de la universidad.
Tanto Harvard como el National Institutes of Health estadounidense han abierto una investigación para aclarar si Biederman ha violado leyes y reglas tanto federales como del propio departamento de investigación de la universidad.
El psiquiatra se ha convertido en un testigo clave en toda una serie de demandas encausadas por el fiscal general del estado en las que se afirma que los fabricantes de drogas antipsicóticas han cometido fraude contra los programas Medicaid al promocionar sus medicamentos de forma ilícita. El trabajo de Biederman ha contribuido al aumento significativo del uso de esta clase de drogas en niños.
En noviembre, los abogados de los estados hicieron públicos correos electrónicos y documentos internos de Johnson & Johnson en los que se mostraba la intención de la compañía de emplear sus vínculos con el Dr. Biederman para así incrementar las ventas. Esta maniobra de los abogados tuvo por objetivo hacer comparecer al propio doctor para ser interrogado.
Biederman no ha querido realizar declaraciones respondiendo a los mensajes enviados. Un artículo de The Boston Globe publicado en Diciembre cita una carta al periódico en la que escribe que aunque Johnson & Johnson ha buscado aplicaciones comerciales a sus trabajos, “cualquier insinuación de que los intereses de la compañía han interferido con los del centro es falsa”.
La portavoz del Hospital General de Massachusetts declaró el jueves que no podía hacer ninguna clase de comentario sobre el juicio abierto.
El juez de la Corte Superior de New Jersey, Jamie D. Happas, a cargo de la supervisión del litigio multi estatal, decretó el año pasado que el Dr. Biederman debía ser destituído. Como parte del proceso, el inputado proporcionó a los abogados documentos sobre sus relaciones con Johnson & Johnson. Dichos documentos incluían presentaciones que había realizado a lo largo de varios años resumiendo el trabajo del centro, financiado por la compañía.
Peter Spivack, el abogado defensor del Dr., tramitó una moción para tratar de mantener esos documentos bajo secreto. Sin embargo, The New York Times recibió copias de los mismos.
En una carta tramitada en el tribunal el jueves, el señor Spivack declaró que los artículos en The Times acerca del Dr. Biederman “lo han avergonzado públicamente y, en parte, han llevado a cerrar un acuerdo para prevenir el contacto con las compañías farmacéuticas”.
Uno de los conjuntos de diapositivas contenidos en los documentos del juicio se refería a “proyectos clave para 2004” y en él figuraba una prueba planeada para comparar el Risperdal (risperidona) con sus competidores en el tratamiento del trastorno bipolar pediátrico. La prueba, según la diapositiva, clarificaría “las ventajas competitivas de la risperidona frente a otros neurolépticos”. Todas las transparencias fueron preparadas por el propio Dr. Biederman, de acuerdo con su declaración jurada.
En el 2005, el doctor fue el principal autor de un estudio comparando Risperdal y Zyprexa, fabricada esta última por Eli Lilly. La conclusión del mismo era que el Risperdal mejoraba los síntomas depresivos del sujeto, mientras que Zyprexa no.
Otra diapositiva con título “proyectos clave para 2005” menciona un estudio planeado en adolescentes de Concerta, un estimulante fabricado por Johnson & Johnson. El estudio se extendería a “hallazgos positivos en adolescentes con respecto al uso de Concerta en el Síndrome de Déficit de Atención por Hiperactividad No Especificado en Adultos”, según la transparencia, haciendo referencia a este tipo de casos poco usuales del síndrome.
Durante 2006, Biederman también figuró como coautor de un estudio que demostraba que los niños medicados con Concerta por periodos prolongados de tiempo no presentaban alteraciones en el crecimiento, aliviando así una importante preocupación acerca del fármaco.
Josephine Johnston, investigadora en el Hastings Center, un instituto de investigación bioética, declaró que los documentos “ponen en tela de juicio lo bien diseñados que pudieron haber sido los ensayos del Dr. Biederman, partiendo del hecho de que prometía resultados a sus patrocinadores”.
“Otra sombra sobre su trabajo”. Dijo Ms. Johnston.
En un contencioso para declarar del 26 de Febrero entre el Dr. Biederman y los abogados de los estados, le preguntaron el puesto que ocupaba en Harvard. Su respuesta fue: “profesor a tiempo completo”.
“¿Y quién está por encima de ese puesto"?”- preguntó la abogada Fletch Trammell.
“Dios”- respondió el Dr. Biederman.
“¿Ha dicho usted Dios?”-repitió la señora Trammel.
“Sí”-sentenció el doctor.
FUENTE: The New York Times 19 de marzo de 2009. Trad. propia
Más sobre incremento en el diagnóstico y uso abusivo de medicamentos para el TDAH en http://autismointegral.blogspot.com/2009/11/nueva-comunicacion-sobre-riesgos-de.html
lo mismo esta pasndo con tamiflu
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