domingo, 18 de octubre de 2009

Opinión: ¿Sueñan los psiquiatras con descargas eléctricas?


 Este es uno de esos post incordiantes que elaboro ante la frustración que me produce la actitud del sistema médico en general y de los psiquiatras como estamento en particular.

Ya son unos cuantos años de experiencia con ellos. Te conozco bacalao.

En todos esos años de travesía psiquiátrica, de mi amiga la técnica de entrevista clínica (cara de mármol, de vaca mirando al tren, asentimientos y gestos manidos, arquetipos de oráculo engordando en Delfos) he recibido muy pocas pero que muy pocas palabras, muy pocas explicaciones, o más bien casi ninguna, pero sí siempre una rimbombante, amable e irritante  frasecilla.

Es cuando toca cambio de medicación y dice así:

"Vamos a probar esto...".

¡VAMOS!

¿Realmente saben ustedes el impacto tremendo que tiene en una persona la medicación que prescriben?

¡Ustedes no la toman, no me vengan con el vamos!

Se me viene al magín el caso del Abilify, recientemente añadido e  ipso facto suprimido dados sus efectos  secundarios intolerables (por MÍ, quizá al psiquiatra le siente de cine). Pienso en él porque ahora mismo he revisado el post en forumclininc.org donde el DR. Piero, moderador y gran profesional (no lo digo con retintín)  afirma algo como que "sólo los antipiscóticos de primera generación presentan riesgo de disquinesia tardía".

Y sin embargo, el prospecto advierte del riesgo (más bajo estadísticamente, se supone), amén de otras lindezas como ataque cardiaco, muerte súbita espontánea, suicidio, etc. Además, cualquiera que no tenga los goznes de burro en la sesera busca en Internet y comprueba que afirmar eso es, como mucho, decir una verdad a medias.

"Uno no se tomaría la medicación si leyera todos los prospectos", me parece estar oyendo. Quizá, pero yo prefiero que mi médico SÍ los tenga en cuenta. Por otro lado, uno caería en cualquier barranco si se dedicara a no leer las señales de peligro, por poner un ejemplo.

Se sabe ya desde hace tiempo que existe una susceptibilidad marcadamente genética a los antipsicóticos. En mi caso, la experiencia me dice que puedo padecerla.

Entonces....¿es mi médico evaluando los riesgos, teniendo en cuenta cómo me sentiré (un torturado químico) mi situación social y laboral (cansado, somnoliento) el que insiste en Abilifiy o Seroquel o Zyprexa (porque tampoco parece ser muy coherente a la hora de proponer sustancias, lo mismo dan churras que merinas)?

¿O es mi terapeuta cansado, quemado, desinteresado, demasiado orgulloso de una ciencia todavía en pañales, demasiado atrevido, el que experimenta conmigo? Experimenta conmigo, pero no lo sufre a mi lado.

A muchos, de verdad que a muchos, les recomendaría pasar por unas gotas de Risperdal, de Seroquel, de Haloperidol...
Quizá eso redujera la prodigalidad con que se prescriben.

Ponerse al otro lado del espejo, en las botas del paciente, eso sí  es lo fundamental. La objetividad de la entrevista clínica es un mito. La entrevista clínica en la práctica es un puro tarot. De media a una hora máximo en el sector privado. Por 80 € a este servidor. Después, acceso restringido. No puedes llamar y decir: "oye, que babeo, que soy otra persona, que toda mi mente chirría, que me duermo...." Efectos secundarios. Ya los conocen. No los quieren escuchar.

Así que yo pregunto:

¿Habéis probado con vuestra medicina?
¿Soñaís los psiquiatras con descargas eléctricas?
J,

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